En esta Semana Santa, me dirijo a toda la comunidad de la Universidad Nacional de Formosa —estudiantes, docentes, nodocentes y graduados— para reflexionar sobre la importancia de estos días de recogimiento y espiritualidad. Este período es una oportunidad invaluable para detenernos y contemplar nuestros caminos, nuestras expectativas y los lazos que nos unen.
La Semana Santa no solo nos invita a recordar un legado de fe y esperanza, sino que también nos brinda la posibilidad de reconectar con nuestras raíces y con aquellos que amamos. Muchos de nuestros estudiantes, durante estos días, regresan a sus hogares para reencontrarse con sus familias, un momento que sin duda es crucial para fortalecer los vínculos afectivos y compartir experiencias.
Es vital que, en medio del ajetreo académico, hagamos un alto para reflexionar sobre nuestros valores, nuestras metas y el impacto que queremos tener en nuestra sociedad. La educación que recibimos en esta casa de estudios no solo busca formar profesionales competentes, sino también ciudadanos comprometidos con su entorno.
Aprovechemos esta Semana Santa para renovar nuestro espíritu y para reavivar el deseo de contribuir a un futuro mejor. Que estos días nos llenen de paz y nos motiven a seguir adelante, siempre con la mirada puesta en el bienestar colectivo.
Les deseo a todos una Semana Santa llena de reflexión, amor y esperanza.